Madrid.-El Gobierno sigue enredado con la ley del aborto: ahora ha aceptado hacer más cambios en la ley para satisfacer a los sectores más conservadores del PP. En concreto, el Ejecutivo ha cedido a la presión de media docena de diputados y senadores que amenazaban con romper la disciplina y votar en contra de la proposición de ley que se debatirá y votará por primera vez en el Congreso el próximo martes.
Inicialmente el Gobierno planteó una reforma legal para pasar de una ley de plazos a una de supuestos. Luego rectificó y lo dejó en un mínimo retoque para obligar al consentimiento de los padres para que abortasen las jóvenes de 16 y 17 años. Ahora, además, anuncia que durante el trámite parlamentario eliminará las dos referencias al derecho de las mujeres a su salud reproductiva para dejar claro que el aborto no es un derecho, como consagra la norma en vigor desde 2011.
Hace varias semanas, el portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando, y el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, recibieron el mensaje de estos parlamentarios díscolos y han intentado convecerles para que no rompan la disciplina de voto. Les han explicado que la ley está a expensas de lo que decida el Tribunal Constitucional y su disposición a dejar claro que el aborto no es un derecho. Ellos quieren eliminar los supuestos en la línea del recurso que firmaron y encabezaron Soraya Sáenz de Santamaría y Federico Trillo en 2011.
“Esta ley provoca mucha incomodidad entre los diputados y senadores del PP”, asegura el senador popular Ángel Pintado, uno de los que han expresado su rechazo a la reforma legal. Intentaron sin éxito que la dirección del Grupo Popular les diera libertad, por lo que serán multados si votan en contra el martes en la toma en consideración de la proposición de ley del PP. El PP no tiene garantizado el apoyo de ningún otro grupo.
La portavoz socialista de Igualdad en el Congreso, Carmen Montón, lamentó que el Gobierno de Mariano Rajoy esté legislando sobre el aborto “de forma tramposa y por la puerta de atrás, pensando en su interés electoral”.
