Zapatero participará en la Comisión de la Verdad avalada por el chavismo

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero participará en la llamada Comisión de la Verdad, una iniciativa impulsada por Unasur (un organismo internacional formado por 12 países de América del sur), que cuenta con el aval del gobierno chavista pero no con el apoyo de los grupos de la oposición.

Justo un día después de que el Tribunal Supremo venezolano declarase inconstitucional la ley de amnistía aprobada por la mayoría opositora de la Asamblea Nacional, hace apenas dos días, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dio luz verde a una “Comisión de la Verdad, por la paz y la justicia” impulsada oficialmente por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

El objetivo de esta comisión en la que participará el expresidente del Gobierno español será “evaluar” los hechos de violencia ocurridos en el país durante los últimos 15 años. El comité contará con la participación, amén del propio Zapatero, de Leonel Fernández, expresidente de República Dominicana, y Martín Torrijo, de Panamá.

“Ellos van a estar acompañando la comisión”, informó Ernesto Samper, secretario general de Unasur. El también expresidente colombiano dijo que los “acompañantes” pretenden garantizar la participación de la oposición y de otros sectores sociales. El carácter transversal de la iniciativa es la que justifica, según ha podido saber La Vanguardia, que Zapatero participe en esta iniciativa, aunque Unasur es, de hecho, una organización muy vinculada al propio régimen venezolano.

En cualquier caso la disposición de Zapatero contrasta con la de su predecesor en el cargo Felipe González, que no pierde ocasión de criticar severamente al régimen venezolano. González ha participado activamente en apoyo de los movimientos opositores. A su vez, el PSOE se limitó a comentar la intervención de Zapatero en la llamada Comisión de la Verdad, señalando que “respeta las agendas de los expresi­dentes”.

Lo cierto es que la comisión no cuenta precisamente con el apoyo de los grupos opositores. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), alianza de partidos antichavistas, ya avanzó que no se integrará a la comisión. “No vamos a validar un mecanismo para que el gobierno gane tiempo. Queremos diálogo, sí, para superar la crisis que atraviesa el país, pero ese diálogo debe llevar a una elección presidencial este año”, dijo su portavoz, Jesús Torrealba.

La decisión judicial fue criticada asimismo por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que se mostró “decepcionado”, y también por la Internacional Socialista, que denunció “la usurpación de poderes por parte del Tribunal Supremo”.

El mecanismo activado por Maduro pretende sustituir la ley de amnistía, que tiene como objetivo liberar a 78 presos políticos y suspender las causas penales contra una multitud de ciudadanos, procesados por su activismo antigubernamental o por el simple hecho de ejercer sus libertades individuales. De acuerdo con oenegés venezolanas de derechos humanos, el indulto podría haber beneficiado a más de 5.000 personas.

Entre ellas, figuras clave del antichavismo, como Antonio Ledesma, alcalde metropolitano de Caracas bajo arresto domiciliario, o Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular, que cumple una condena de casi catorce años de cárcel en un penal militar. La oposición sostiene que su indulto es imprescindible para dar paso a un proceso de reconciliación nacional.

Ambos dirigentes, junto con la exdiputada María Corina Machado, empujaron la denominada “Salida”, una oleada de protestas desatada en febrero del 2014 para forzar la renuncia de Maduro y su gobierno. Durante las movilizaciones perdieron la vida 43 personas. El régimen chavista les responsabiliza de esas muertes, aún cuando diversos organismos de derechos humanos han documentado con amplitud que la mayoría de las víctimas cayeron bajo las balas de los cuerpos de seguridad del estado.

No es la primera vez que el expresidente español acude al llamado del régimen chavista. En diciembre de 2015, Rodríguez Zapatero viajó a Caracas como invitado especial de Maduro para “acompañar” el proceso electoral de las legislativas que ganó la oposición por abrumadora mayoría.

Su presencia en el país fue ampliamente criticada por las fuerzas antichavistas, que le reprocharon su aval a un gobierno que había prohibido la presencia de observadores internacionales (Unión Europea y OEA) durante la jornada de votación. El expresidente español se justificó argumentando que pretendía contribuir a la celebración de unas elecciones “ejemplares”.




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