Médicos construyeron esófago artificial para paciente

Médicos estadounidenses construyeron un esófago con tejido epidérmico donado y cánulas metálicas para un hombre, en el ejemplo más reciente en el que científicos crean partes del cuerpo en el laboratorio a fin de ayudar a pacientes que tienen pocas opciones más.

Después de que el hombre de 24 años quedara paralítico en un accidente automovilístico hace siete años, los médicos enfrentaban dificultades para repararle el esófago.

En una situación normal, los especialistas habrían intentado crearle al paciente un esófago nuevo con un fragmento de su sistema digestivo, pero en este caso era imposible debido a la gravedad de las lesiones.

En su lugar, los médicos decidieron intentar una técnica probada antes solamente en perros para reconstruir la parte superior del esófago con cánulas metálicas y tejido dérmico, procedimiento que tiene la aprobación de la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).

“Es muy notable lo que pudieron hacer”, dijo el doctor Simon Hoerstrup, director del Instituto de Medicina Regenerativa en la Universidad de Zúrich, que es ajeno a la investigación.

Dijo que los resultados dejan entrever que es posible que el organismo humano tenga la capacidad para desarrollar nuevamente ciertos órganos una vez que se le ha implantado la estructura básica.

El hombre, cuyo nombre fue omitido, no podía ingerir comida y para su alimentación dependía de una sonda gástrica.

Para remediar ese problema, los médicos insertaron un endoscopio que contenía un alambre desde el estómago y el esófago restante hasta la boca del paciente.

El alambre sirvió de guía para insertar tres cánulas o tubos cortos que formarían la estructura del nuevo esófago y las cubrieron con tejido dérmico.

El tejido fue rociado después con un gel hecho con sangre del paciente, que contiene sustancias naturales que atraen a las células madre.

Aunque los médicos querían retirar las cánulas unos tres meses después de la cirugía, el paciente se rehusó por temor a que no pudiera ingerir alimentos ni beber líquidos. También le preocupaba una posible cicatriz.

Casi cuatro años después, los médicos retiraron las cánulas porque el hombre tuvo problemas para deglutir debido a una complicación en la cánula inferior.

Un año después de eso, los médicos examinaron al hombre y hallaron que las cinco capas del esófago habían vuelto a crecer, hasta estar cerca de cómo se vería uno normal. El paciente no ha necesitado una sonda para alimentarse y no ha reportado más complicaciones.

La investigación fue publicada hoy viernes por la revista Lancet en internet.




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