En un contexto de desaceleración mundial, con China cambiando su modelo económico, los países emergentes sufriendo esta circunstancia y Estados Unidos y la Eurozona moderando de manera notoria su expansión, España mantendrá en 2015 y 2016 un firme ritmo de crecimiento.
Así lo evidenció ayer el servicio de estudios de BBVA, que reafirmó su previsión de crecimiento para el PIB español: un 3,2% este año y un 2,7% el siguiente.
Las cifras, que son inferiores a las estimaciones del 3,3% y 3% que realiza el Gobierno, están apoyadas por una «creación neta de empleo que rebasará los 500.000 empleos por año» y permitirán a España encadenar cuatro trimestres superando el crecimiento mundial, algo que no ocurre desde 2001. Y además, y tal vez más importante, son las únicas que el equipo de Jorge Sicilia, economista jefe del Grupo BBVA, no ha reducido en sus últimas revisiones.
Después de que en la edición pasada le tocara el turno a China, el informe Situación de España del cuarto trimestre del año incluye un recorte en las previsiones de crecimiento de Estados Unidos, Latinoamérica, Eurozona, emergentes y, en definitiva, de la economía mundial.
Las cifras, además, muestran que el PIB de EEUU crecerá un 2,5% este año y el siguiente, esto es, menos que España; que el de la Eurozona será del 1,5% y 1,8%; y que el conjunto de la economía mundial sólo podrá superar a la española el año que viene ya que ambas cerrarán 2015 con un incremento del 3,2%.
Una de las claves de esta situación, tal y como ya se ha apuntado, es el proceso de recomposición que China está llevando a cabo en su producción y por el que el sector servicios tiene un mayor peso en detrimento del de la industria. Esto, a su vez, le obliga a importar menos materias primas y acaba dañando de manera muy importante a los países exportadores y emergentes de Asia y Latinoamérica.
