¿Podría un megaterremoto partir a América?

En los orígenes de nuestra civilización, los seres humanos se sentían aterrados cada vez que el planeta Tierra se estremecía en algún lugar, pues en la antigüedad nadie conocía las razones por las cuales, cada cierto tiempo, y en determinados lugares, el suelo se movía fuertemente hasta hacer colapsar casi todo lo que estaba encima.

En la medida en que fueron creciendo los núcleos urbanos, levantados sobre terrenos blandos, propicios para el cultivo de alimentos, y coincidentes con fallas geológicas regionales sísmicamente activas, los terremotos se fueron convirtiendo en fenómenos naturales cada vez más devastadores, generando así, desde la antigüedad hasta nuestros días, un pánico extraordinario cada vez que se habla de la posibilidad de un gran terremoto.

Han sido muchos los adivinos, pronosticadores, predicadores, profetas y asustadores, que se han valido del concepto geocientífico del terremoto, para asustar de forma desmedida a la sociedad de ayer y de hoy, pues una cosa es usted advertir del potencial riesgo sísmico de una determinada región del planeta Tierra, para que la gente sepa qué hacer antes, durante y después de un gran terremoto, especialmente para que la gente sepa dónde y cómo construir para que su vivienda sea sismorresistente y las pérdidas de vidas y de propiedades sean mínimas durante el terremoto, y otra cosa muy distinta es emitir una alarma infundada y sobredimensionada, carente de base científica, con el único fin de asustar a todo ser humano que decida creer en esa falsa alarma.

Chile es uno de los territorios más sísmicamente activos del planeta Tierra, gracias a la alta velocidad de subducción de la placa de Nazca bajo la placa de Suramérica, y ese altísimo riesgo de megaterremotos, como el ocurrido en Valdivia, en mayo de 1960, con magnitud 9.5, ha creado las condiciones para que durante los últimos años varios personajes pintorescos se hayan pasado todo su tiempo asustando a la gente ingenua con un supuesto megaterremoto que va a partir a Chile en varios pedazos y que va a matar a varios millones de chilenos; y como nadie quiere morirse aplastado durante un terremoto, la gente se asusta, y con razón.

Igual situación ocurre en California, donde en 1906 un gran terremoto, que generó un gran incendio, destruyó gran parte de la ciudad, y donde en el futuro cercano se espera un megaterremoto, y por tal razón predicadores como Harold Camping han profetizado, una y otra vez, que el fin del mundo vendrá con un megaterremoto, sin conocer cómo se produce un terremoto, cómo viajan las ondas sísmicas de cizallamiento (Vs) durante un terremoto, y cuáles pueden ser los efectos de un terremoto en función de los tipos de suelos y de rocas, pues los suelos flexibles amplifican y multiplican los daños sísmicos, mientras las rocas atenúan los efectos sísmicos.

En la República Dominicana, territorio sísmicamente activo, han sido muchas las veces en que predicadores de iglesias han dicho a la prensa y al pueblo que en las próximas semanas ha de ocurrir un megaterremoto, acompañado de un megatsunami, y que el agua va a subir hasta San José de Ocoa, pudiendo recordar a la “profeta Maricela Lorenzo”, de la iglesia pentecostal Cristo Liberta, de San Cristóbal, quien en enero de 2012 anunció que, “Dios le dijo que alertara al pueblo dominicano de una devastación por un terremoto de magnitud 12.9 en el que morirán millones de personas”, y la prensa publicó esa absurda profecía, quizás “por si acaso”, sin saber que no hay terremotos de magnitud 12.9.

Ahora, el pasado viernes, apareció un nuevo asustador sísmico, esta vez con título de científico nuclear iraní, quien ha publicado un vídeo donde advierte de
inevitables megaterremotos que separarán a América del Norte de América del Sur, con magnitudes entre 10 y 16, y entre 20 y 24, y que morirán 40 millones de personas, evidenciando que ese “científico” no tiene la menor idea de lo que es la magnitud sísmica, ni de la escala de magnitud sísmica, porque eso es imposible, pero a sabiendas de que el mayor terremoto instrumentalmente registrado ha sido de magnitud 9.5, él coloca los rangos de magnitud entre 10 y 16 y entre 20 y 24, y de esa forma le da categoría de Apocalipsis, por lo cual, algunos creyeron el absurdo y hasta lo publicaron en la prensa.




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