El hospital acepta retirar la alimentación y administrar sedación a Andrea

Andrea Lago Ordóñez tendrá la muerte digna que sus padres deseaban para ella y por la que han luchado hasta el final. El equipo médico que la atiende en Santiago de Compostela ha rectificado la postura en la que se había anquilosado desde principios de verano, cuando los padres pidieron que se le retirase a la niña el soporte vital y sus pediatras se opusieron.

Finalmente, han accedido a retirar la alimentación artificial que la mantenía con vida, de modo que se espera que, en cuestión de días, la historia de esta niña gallega de 12 años tenga un desenlace.

El caso de la pequeña Andrea, con una enfermedad neurodegenerativa irreversible, está judicializado y los padres habían pedido al juez que ordenase suspender el tratamiento de la niña pero, finalmente, no ha sido necesaria una orden judicial, pues el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela ha accedido a la petición de los padres que, desde el 14 de septiembre, contaba con el respaldo del Comité Bioético del Servicio Gallego de Salud, con una postura unánime de 27 profesionales de reconocido prestigio.

El primer paso ha sido retirar la alimentación que llegaba a la pequeña a través de una máquina electromecánica, aunque a la niña también se le ha sedado para que su final llegue de forma menos agresiva para ella. Le han dejado la hidratación mínima necesaria para que el tratamiento de sedación se metabolice correctamente y funcione.

Ha llegado ya el momento de la cuenta atrás para Andrea y su familia agradece que finalmente «va a tener un final dulce» y «un poco más fácil que la vida que ha tenido hasta ahora», pues Andrea nunca ha llegado a hablar, caminar o relacionarse con normalidad. Su estado de salud ha sido delicado desde que era un bebé y, en el último año, se ha complicado todavía más.

Ahora, el desenlace podría llegar en cualquier momento y la familia entiende que será «cuestión de días», pero que «no se puede saber con certeza», pues ni los médicos se ponen de acuerdo en cuánto tiempo tardará el momento final.

De hecho, según ha revelado su abogado, un forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) intervino ayer en el juzgado durante la reunión prevista entre los padres y el juez y señaló que en algunos casos podía tardar apenas un par de días y en otras podía llegar a prolongarse hasta 40.

Andrea está hospitalizada en Santiago desde el mes de junio, cuando su situación médica se complicó por una hemorragia gastrointestinal, y fue en el mismo hospital en el que está ingresada donde sus padres, Antonio Lago y Estela Ordóñez, conocieron la noticia del cambio de criterio médico.

Ocurrió en el transcurso de una reunión convocada de urgencia con la presencia de su equipo de abogados en la que el centro les trasladó la decisión, pero no el motivo que les llevó a adoptarla. «No sabemos exactamente qué ha pasado por la mente del equipo médico para variar sustancialmente su criterio», ha indicado al respecto su abogado.

El Juzgado de Primera Instancia número 6 de Santiago, que llevaba el caso, había recibido ya por la mañana una notificación del hospital comunicando su propuesta de cambiar el plan terapéutico que se había pautado a la menor por un nuevo tratamiento paliativo consistente precisamente en retirar la alimentación y mantener únicamente la hidratación necesaria para permitir la sedación.

A pesar de que eran los padres quienes demandaban la medida finalmente aplicada, para poder ponerla en marcha era necesario que hubiese un acuerdo oficial de las dos partes y que los padres de Andrea firmasen su consentimiento al mismo, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG).




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