Cuando Carlos Bacca le dijo al Sevilla que se marchaba al Milan, el primer nombre que Monchi, director deportivo, y Unai Emery, pusieron sobre la mesa fue el de Fernando Llorente. Entonces, la Juventus lo puso imposible.
El Sevilla viró y fichó a Ciro Immobile del Dortmund. El nombre de Llorente, no obstante, siempre estuvo ahí. Emery insistió porque considera que el campeón del mundo le da al Sevilla un perfil de delantero que no tiene. Le proporciona juego aéreo y un buen posicionamiento para emplearse de espaldas ante las defensas rivales.
La insistencia del Sevilla ha tenido frutos. Llorente llega al equipo andaluz, por el que firma por tres temporadas con uno más de carácter opcional. El conjunto hispalense se hace cargo de la alta ficha del internacional español y paga una compensación al campeón italiano, donde Llorente ha jugado las dos últimas temporadas proclamándose campeón de la Liga italiana en ambas ocasiones y finalista de la pasada edición de la Liga de Campeones, donde perdió la final de Berlín ante el Barcelona.
