fútbol es cosa de dos Messi y Cristiano

Aunque a Messi le han aplaudido aficionados de distintos países en muchos campos, seguramente nunca había vivido un partido de forma tan personalizada como el del martes en el estadio Boris Paichadze de Tbilisi. A falta de aficionados del Barcelona y del Sevilla, reducidos a poco más de un millar por la logística de un viaje costoso, el encuentro se convirtió en una cita de admiradores del 10. La gente no fue a disfrutar de la final de la Supercopa de Europa sino que quería conocer a Messi.

Apenas se reparó en las banderas españolas, sevillistas, azulgranas, catalanas y estelades que había en la grada sino que se advirtieron sobre todo las de Omán, Irán, Israel y naturalmente de Georgia, además de kurdas y de Brasil. La mayoría de espectadores había pagado la entrada para aplaudir a Messi. A menudo, los cánticos en favor del argentino resonaron más que los del Barça y decenas de aficionados se juntaron al final alrededor del autocar azulgrana para saludar a Leo.

El argentino había correspondido a la expectación generada con una actuación solemne, coronada con dos de los cinco goles que le permitieron a su equipo ganar el título en la prórroga, después de un partido volcánico y emotivo: 5-4. Messi no acostumbra a decepcionar cuando está en plenitud como ha sido norma en 2015. Ahora mismo es el máximo favorito para ganar el premio UEFA al mejor jugador del año y recuperar el Balón de Oro en poder de Cristiano Ronaldo.

El desafío que mantienen ambos desde 2009 es el mejor motor de la Liga. A los cuatro trofeos consecutivos por el azulgrana (2009, 2010, 2011 y 2012) respondió el portugués —ya vencedor en 2008 con el Manchester United— con los dos últimos títulos como madridista (2013 y 2014). Cristiano se sintió incluso tan animado que en enero del año pasado emplazó a Messi para la edición de 2015 con la esperanza de igualar su palmarés y seguramente le tocará aplaudir el quinto galardón conseguido por el 10.

También se cambiarán presumiblemente los papeles en la gala del 27 de agosto en la Liga de Campeones y Messi sucederá a Ronaldo como mejor futbolista de 2015 en un certamen que anteriormente también coronó a Iniesta y a Ribéry, símbolo del triplete alcanzado por el Bayer de Múnich en 2013. El último campeón de Europa, de la Liga y de la Copa ha sido el Barcelona de Messi. El argentino sumó 58 goles —y 31 asistencias en 57 partidos—, 10 en la pasada Copa de Europa, los mismos precisamente que Cristiano. La Bota de Oro será precisamente para el madridista por cuarta vez después de totalizar 61 tantos y 22 asistencias, unas cifras que confirman la importancia del delantero en el juego del Madrid.

La hinchada madridista parece más interesada en constatar el estado de forma del portugués que en saber si Florentino accederá a las peticiones de fichajes del entrenador Benítez. El equipo ha mejorado en organización y consistencia defensiva durante la temporada de la misma manera que ha echado mucho de menos los goles de Cristiano.

El campeonato español se alimenta del clásico, del poder de convocatoria de dos clubes que pasan por ser los más ricos y populares del mundo, como son el Madrid y el Barcelona, y sobre todo del pulso Messi-Cristiano, triunfadores en sus equipos y en cambio más cuestionados en sus selecciones de Argentina y Portugal. Ambos son los protagonistas de las galas continentales, de los títulos europeos y de los resúmenes televisivos de la Liga. La incógnita está en saber hasta cuándo podrán mantener el litigio dadas las exigencias del calendario que volverá a ser muy exigente en 2015-16. Messi se ha recuperado de las lesiones en el bíceps femoral que le tuvieron fuera de juego más de un año y también Cristiano parece repuesto de las molestias en el tendón rotuliano que le han torturado en el Madrid.

No hay dudas de momento sobre su liderazgo: Neymar y Luis Suárez asumieron que para ganar títulos tenían que someterse a Messi de la misma manera que Benzema, James o Bale saben que su éxito depende de CR. Alcanza con repasar los títulos que han ganado ambos con sus equipos: 25 el azulgrana —tantos como Xavi e Iniesta— por 18 del jugador del Madrid. Así se explica que el argentino convoque multitudes en Georgia y el portugués tenga en vilo al Bernabéu. Hasta cierto punto es lógico que en España y en Europa se piense que la Liga es cosa de dos: Messi y Cristiano.




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