Pablo Andújar tardó poco en postularse para la eliminatoria una vez que conoció la nominación de Conchita Martínez como capitana. Tenía cuentas pendientes con la Davis después del desafortunado debut del pasado septiembre ante Brasil; tuvo pelota de partido ante Thomaz Bellucci y acabó perdiendo un punto que se revelaba determinante en la suerte de un cruce en el que España acabó condenada a la salida del Grupo Mundial.
Aun con los inconvenientes de un larguísimo desplazamiento y una superficie que interfiere en su planificación de torneos sobre arcilla, Rusia es una buena oportunidad de reivindicación. El hecho de entrar en la cancha con la ventaja de 1-0 que otorgó el triunfo de Robredo en el primer partido facilitó, si cabe, su trabajo ante otra apuesta joven del capitán ruso, Shamil Tarpischev. Se impuso por 6-3, 6-3 y 6-2.
Karen Khachanov, 19 años, 1,98 metros, ejerce de número uno local. Entrenado por Galo Blanco, tiene aún un cortísimo recorrido en el circuito profesional. Se mueve por torneos ‘challenger’ a la espera de obtener crédito que le permita ingresar en los de mayor cualificación. Al igual que Robredo, Andújar quebró en el primer parcial y tomó una ventaja que pudo concretar en el sexto juego, donde dispuso de tres opciones de set. El moscovita se soltó con su poderoso golpe de derecha y adecentó el marcador, pero apenas fue más allá.
Hay una distancia enorme entre los jugadores de ambos equipos, de estatus y de trayectoria. Con 29 años y 32º en el ‘ranking’, Andújar cuenta con tres títulos de la ATP y ha disputado este año la final del Conde de Godó. Incluso en una superficie que no es la mejor para él, tardó poco en explicitar su superioridad ante un adversario de escaso rango.
Khachanov ni siquiera se sostuvo con su servicio, amenazado una y otra vez. Sólido, sin distraerse por la holgura del marcador, Andújar caminó con rapidez hacia el triunfo. Precisó atención en la zona de los isquiotibiales, cuando se encontraba a un juego de la victoria. Un receso antes de cerrar el marcador. Soportó los calambres y ganó al cuarto punto de partido, para estrecharse en un abrazo con Conchita Martínez. «De fondo he estado sólido, agresivo, intentando fallar poco. Él es un jugador peligroso, que le pega fuerte a la pelota», valoró Andújar tras la conclusión.
