Durante el día de Año Nuevo Holli Cheung, una gerente de marketing de 36 años, se encontraba cambiando a su bebé Jordan, cuando de repente se desmayó. Como además sufría dolores de cabeza acudió a su médico, que le recetó paracetamol. Sin embargo una hora después de llegar a casa, Holli se desmayó de nuevo. «Lo siguiente que supe, es que estaba rodeada por los paramédicos y en una camilla camino del hospital», recuerda esta madre.
Allí le diagnosticaron miocarditis, una inflamación del músculo cardíaco causada por un virus, y los médicos trataron desesperadamente de reanimarla, mientras su marido esperaba fuera de la unidad de cuidados intensivos. «Fue un shock, porque no esperas que esto le ocurra a alguien tan joven. Holli ni siquiera tenía mal aspecto… No podía asimilarlo”. cuenta su marido Jason, de 40 años al diario The Mirror.
Los médicos lograron estabilizar a su esposa. Se le puso en un dispositivo de asistencia biventricular que mantuvo el bombeo de sangre a través de su débil corazón, y al no mostrar signos de mejoría fue puesta en la lista de espera de trasplantes.
A pesar de su terrible situación, Holli comenzó a sentir desesperadamente la falta de su hijo Jordan, ahora de ocho meses de edad. «Echaba de menos sostenerlo, darle de comer, cambiarle… Cuando Jason sugirió traerle, estaba tan cansada que no me hallaba en condiciones de verlo. Me rompió el corazón».
Amigos y familiares de Holli trataron de animarla poniendo fotos del bebé en la habitación del hospital, y finalmente 10 días después de su ingreso en el hospital su marido llevó al pequeño Jordan junto a su madre para una corta visita. «Lo dejé durmiendo junto a ella durante un par de horas”.
